La congregación de la Religiosas Adoratrices de la provincia Europa-África celebra este 2 de febrero poniendo en valor y agradeciendo el don de la vida consagrada, una vida que viven compartiendo la propia desde la vivencia en la Eucaristía. Con tal ocasión, tres hermanas de la congregación nos cuentan en primera persona que significa para ellas ser parte de la familia adoratriz, que les ha aportado a sus propias vidas y también por qué dar gracias: “por la vida que nos regala, por las jóvenes que nos permiten acompañar un tramo de su camino, por las hermanas con las que compartimos este camino de adoración-liberación, por las personas que trabajamos y luchamos juntas para mejorar la vida de las mujeres”.
“La vida consagrada, caminando en esperanza” es el lema de esta XXVII Jornada Mundial de la Vida Consagrada, que celebra coincidiendo con la fiesta de la Presentación del Señor. Un día especial que viene a subrayar que las y los religiosos siguen caminando, mirando a Dios y pidiéndole que otras personas sigan por el mismo camino.
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