El próximo 8 de febrero celebramos la Jornada Mundial de Oración, Reflexión y Acción contra la Trata de Seres Humanos para denunciar una de las más graves violaciones de los Derechos Humanos. Como cada año, los actos de conmemoración girarán en torno a la vida y testimonio de Santa Josefina Bakhita.
Pero, ¿quién fue Josefina Bakhita?
Aunque su origen no es del todo certero, Josefina fue una religiosa de Sudán secuestrada por unos comerciantes de esclavos cuando solo era una niña y apodada de forma irónica “Bakhita”, que significa “afortunada”. Tuvo que salir forzosamente de su tierra, perdió su nombre y fue sometida a esclavitud y tortura. Pese a perder todo y ser vendida a distintos amos que la maltrataron durante años, Bakhita no permitió que el sufrimiento se adueñase de su existencia, lo transformó en esperanza y nunca dudó de la presencia de Dios, fe que la preservó de la tristeza y le dio ánimo para seguir adelante.
“Fui realmente afortunada, porque el nuevo patrón era un hombre bueno. No me maltrataba ni humillaba, algo que me parecía completamente irreal”, escribe Josefina en su diario con trece años, refiriéndose a la paz y tranquilidad que sintió por primera vez desde el comienzo de su pesadilla, al conocer a su quinto y último amo, el único que la trató bien. Bakhita viajó con él a Italia donde trabajó de niñera para después ingresar al noviciado del Instituto de las Hermanas de la Caridad, en Venecia. Allí supo que Dios le había dado fuerzas para poder soportar la esclavitud y fue bautizada como Josefina Margarita Afortunada.
Su vida, símbolo contra la trata
La historia de su vida representa algunas realidades presentes en el mundo actual. Bakhita es inspiración y aliento para muchas mujeres, niñas y niños que aún hoy en día sufren esta grave vulneración de Derechos Humanos
Ella es símbolo de África, por su origen; de las mujeres maltratadas, por la violencia que padeció; de la fe de los pobres, pues su única posesión fue un crucifijo; y de la reconciliación que encarnó. Su vida es un signo de nuestros tiempos; posee el don de la universalidad.
Josefina Bakhita fue beatificada y nombrada “Hermana Universal” por Juan Pablo II en 1992, siendo imagen también a su vez, de la Jornada Mundial de Oración, Reflexión y Acción contra la Trata de Seres Humanos
Desde 2015, la Iglesia celebra este día la Jornada Mundial de Reflexión y Oración contra la Trata de Personas.