Nuestro país se ha convertido hoy en uno de los países líderes en consumo de prostitución. Según algunos estudios podría ser el tercer país del mundo. Los datos relativos a prostitución siempre son poco fiables debido a lo oculto de este fenómeno, a la vinculación a hechos delictivos como la trata de seres humanos, el tráfico de drogas… y particularmente a que en España existe una situación de “ilegalidad”, no está legislada la prostitución, aunque sí prohibida la trata o la prostitución bajo coacción. Las estimaciones de varios estudios (del Ministerio de Salud y de la Universidad de Comillas entre ellos) es que el número de mujeres que ejercen prostitución es de unas 100.000 y que entre 30.000 y 40.000 podría ser víctimas de trata de seres humanos.
En cuanto al número de hombres que consumen prostitución varias encuestas han señalado que un 20 % de los hombres en España admiten haber pagado por sexo alguna vez. Estas cifras tendrían correspondencia con la estimación del INE: “la prostitución representa un 3% del PIB en España, esto según la Fiscalía se traduce en que la prostitución mueve más de cinco millones de euros al día.
La prostitución es uno de los fenómenos sociales más dramáticos, pues se nutre de aquellos sectores de la población que están en una situación de mayor vulnerabilidad y consigue marginar aún más y excluir a las personas que la ejercen. Las mujeres en la prostitución buscan un futuro mejor para ellas o sus hijos e hijas y otros familiares.
Las causas que llevan a las mujeres a prostitución están estrechamente relacionadas con la exclusión social, la pobreza en sentido amplio, la violación de derechos humanos, la violencia, la desigualdad social y entre hombres y mujeres. A partir de las experiencias de las mujeres que han querido compartir con nosotras, hemos concluido que el ejercicio de la prostitución en sí mismo, en la mayoría de las ocasiones, en lugar de mejorar su calidad de vida profundiza todavía más su exclusión y cada uno de los factores antes nombrados, porque estigmatiza a la mujer, la aísla, la margina y la limita en el acceso tanto a derechos como a recursos. Además puede afectar negativamente a lo más profundo de la persona, a su espiritualidad, a su sentido de pertenencia, a su identidad, a sus valores… Al mismo tiempo, la pérdida de autoestima que muchas mujeres en prostitución experimentan, es una gran dificultad para romper la situación circular en la que se encuentran y abandonar definitivamente la actividad.
La prostitución es un reflejo de la sociedad que la consiente: no se puede comprender la prostitución si no se atiende a una perspectiva de género, siendo una expresión clara de la desigualdad entre hombre y mujer inherente al patriarcado, la mayoría de quienes la ejercen son mujeres y los clientes son hombres, aún en los casos que conocemos de hombres que la ejercen, sus clientes también son hombres.
Otro factor clave para analizar la prostitución del siglo XXI es entender que responde a un fenómeno globalizado donde el modelo económico importa la mano de obra de los países empobrecidos y mercantiliza el acceso al cuerpo de sus mujeres y las relaciones íntimas. A todo se pone precio. Por último, para comprender las causas que generan este fenómeno hay que indagar en las carencias afectivo-emocionales como son la falta de empatía y la inmadurez afectivo-sexual que empujan al consumo de la prostitución.
La práctica de la prostitución es una relación de desigualdad donde se vulnera el derecho a la libertad, a la igualdad, a la integridad física y psíquica de la persona, a la salud y, en muchas ocasiones a la propia vida. Una sociedad madura y consciente, compuesta por hombres y mujeres en situación de igualdad de oportunidades, y con el respeto a la dignidad humana por encima de cualquier otra cosa, es una sociedad donde no hay necesidad ni de ejercer la prostitución ni de consumirla.
La argumentación de la libertad humana como legitimación del ejercicio de la prostitución es muy común. Nosotras creemos que hay que diferenciar la voluntariedad y libertad. A veces la decisión de ejercer la prostitución es voluntaria, pero no estrictamente libre, ya que aún en el caso de que esta decisión no sea fruto de una coacción directa (trata, explotación…), según hemos experimentado a través de las mujeres que acompañamos, está condicionada por una serie de factores: vulnerabilidad, pobreza, necesidad. Son mujeres que como ya hemos señalado, se encuentran en situación de desprotección tanto en el ámbito personal, como familiar, económico y social.
Desconocen en gran medida posibles alternativas para salir de su situación o tienen muy difícil el acceso a las mismas. La realidad es que, cuando en una sociedad aumentan los espacios de igualdad y el nivel de vida, disminuye drásticamente el número de mujeres del propio país que ejerce la prostitución.
La Congregacion de Adoratrices Esclavas del Stmo. Sacramento y de la Caridad, lleva desde los orígenes, acompañando a mujeres en contextos de prostitución, aun cuando el término de “trata” todavía no existía como tal.
Hace más de 20 años, cuando la trata ya iba tomando luz, ofrecemos apoyo integral a mujeres en contextos de prostitución y víctimas de trata desde un enfoque integral e integrado, que sitúa a la persona en el centro, en todas sus dimensiones con pleno respeto de su dignidad y derechos.
Adoratrices es una de las Entidades referentes en la materia, por varios motivos:
– Es una de las primeras instituciones que denunciaron la existencia de esta forma de violencia en España y ofrecieron apoyo a las víctimas, desde 1856.
-Ofrece un programa de atención integral en red, que incluye acercamiento al medio, atención 24 horas, atención residencial, atención educativa, social, jurídica, socio laboral y salud.
-Ofrece plazas de acogida para madres con hijos/as que requieren una atención y una solución residencial específica.
-Ofrece una amplia cobertura estatal y rápida respuesta ante casos de emergencia, con derivaciones ágiles entre distintas provincias por motivos de seguridad y/o perfil de la mujer. La territorialidad es precisamente una de las condiciones indispensables, según los estándares de calidad y seguridad de Adoratrices, para garantizar la seguridad de las mujeres.
-Trabaja no solo en la intervención directamente con las mujeres sino que además desarrolla acciones de sensibilización, incidencia política y formación a agentes especializados.